sábado, 10 de mayo de 2014

El Día de la Victoria sobre la intolerancia

Soldado ruso con pose marcial en el desfile que conmemora el
Día de la Victoria en Moscú. (Foto: www.cbc.ca)
En estos días, hace 79 años, el Mariscal Keitel firmaba la rendición de la Alemania Nazi ante los rusos en las afueras de Berlín, poniendo fin de esta manera al horror de la II Guerra Mundial en Europa. A pesar de que los días 7 y 8 de Mayo son considerados por la Organización de las Naciones Unidas como Días del Recuerdo y la Reconciliación, la mayoría de las naciones que sufrieron, en carne viva, las acciones del totalitarismo alemán, lo celebran como el Día de la Victoria.

Quizás los que conmemoran esta fecha con más entusiasmo y solemnidad son los países de preponderancia étnica eslava, en donde aquella Alemania de Hitler desató todo su odio racial contra los que consideraba untermenschen. Casi 80 años después, La Plaza Roja de Moscú, con grandes fastos militares, sigue llenándose de fervor patriótico para venerar a aquellos que lucharon y murieron por la supervivencia de su pueblo, que junto a los judíos, fue el más perjudicado por los campos de concentración, el hambre y los escuadrones de la muerte del Tercer Reich.

Para nosotros, estas fechas deberían representar un horrible recordatorio del peligro del radicalismo en cualquiera de sus expresiones, una lección de nuestro pasado no tan lejano sobre las consecuencias de la intolerancia y del irrespeto a la dignidad humana de nuestros pares. Ningún ser humano merece ser ajusticiado ni sometido a tratos crueles por pensar o ser diferente, es un Derecho Humano que es inalienable, ojalá que los gobiernos del mundo entiendan y respeten éste y otros principios, por humanidad. 


Por Erwin López

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