domingo, 11 de mayo de 2014

El Torneo Clausura tenía un final de infarto

Zamora brilla bajo la dirección técnica del Chita.
Foto: www.balonazos.com.
Este final del Clausura pintaba bien: tres equipos que demostraron mucha regularidad a lo largo del torneo y llegaban con opciones matemáticas de hacerse con el título del Torneo Clausura del Fútbol Venezolano. Mineros, de la mano de Richard Páez, profundizó su exquisito juego de toque de balón que lo hizo insuperable en el torneo pasado, y tiene como meta coronarse hoy domingo para evitar la final.  Zamora, guiado por el mejor técnico venezolano de la actualidad, Noel “Chita” Sanvicente, tiene todo a su favor para titularse ya que, además de jugar de local ante el Zulia, consiguió victorias arrolladoras sobre rivales importantes y está en carrera, a pesar de empatar en la capital contra Caracas. Trujillanos tuvo un gran desempeño en el torneo que pareciera no poder capitalizar debido a que los resultados no los favorecieron en las últimas fechas; sin embargo, una combinación milagrosa de resultados pudiera llevar a su primer título al equipo de Pedro Vera y Leo González.

Éste era el escenario DEPORTIVO de un final de Torneo Clausura muy parecido al de los años precedentes en nuestro fútbol, en donde ha subido mucho la competitividad en la cancha a pesar de los bemoles extra-deportivos. Y lamentablemente me tendré que referir de nuevo a ello[1], a esas incómodas situaciones que algunos de los especialistas, en nuestro balompié, calificaron como el “máximo retroceso” en nuestras aspiraciones mundialistas.

Recapitulemos: En medio de un clima país bien delicado, la AUFPV con sus agremiados decidió no presentarse a jugar la jornada 7 del Clausura 2014 por razones de seguridad. La Federación Venezolana de Fútbol, haciéndole el guiño al gobierno actual, dijo que no había razones para no presentarse y muchos equipos perdieron juegos importantes por presentar juveniles en el campo, o aún peor, ni siquiera pudieron disputar sus encuentros, como le pasó al Deportivo Táchira, que no pudo llegar a El Vigía para enfrentarse al cuadro platanero. Además, Táchira no solamente perdió este partido por forfait, sino que se vio obligado a jugar muchas jornadas en Guanare, en medio de inimaginables dificultades logísticas, debido a  que la FVF no consideró, en ese momento, sus reclamos que hacían referencia a las protestas que paralizaron al estado limítrofe entre febrero y abril de este año. Los “aurinegros”, recordemos, no pudieron a veces ni siquiera entrenar en el Complejo Polideportivo de Pueblo Nuevo.

Mineros combina una potente plantilla con un bien calibrado
juego de toque. Foto: Prensa Mineros de Guayana
A pesar de esto, el torneo continuó, Caracas se desinfló, Zamora goleó a placer, Mineros mantuvo su juego y Táchira ganó los últimos seis partidos, comprometiendo las aspiraciones del Deportivo Anzoátegui y del Caracas de lograr el último cupo a la Copa Libertadores de este año y, en medio de este panorama, la FVF, en una decisión que podemos calificar de insólita, ordena echar para atrás su decisión contra Táchira, lo que le da la opción al aurinegro de disputar su juego en contra de El Vigía, el cual gana a última hora y además le concede la revisión de una apelación sobre el juego que disputó contra Estudiantes de Mérida, debido a una supuesta alineación indebida de los académicos. Todo de un solo golpe, a falta de disputarse una jornada.

Sí, es algo increíble, pareciera que en la Federación Venezolana de Fútbol trabajan imbéciles que no saben nada de la palabra empeñada y de la dignidad institucional, pues ¿a quién se le puede ocurrir la semejante barbaridad de abrir la posibilidad de que un equipo quede campeón en la mesa y no en la cancha por un reclamo que tiene más de dos meses? Esto parece un cuento de believe it or not, y sin embargo es: Táchira puede quedar campeón en la mesa sin importar lo que suceda hoy.

A Táchira le vale el derecho de apelar, porque su desempeño deportivo estuvo muy perjudicado por la situación del país, pero la actuación de la Federación Venezolana de Fútbol fue tan irresponsable que nuestro amado fútbol nacional vuelve a tomar características de una taguara que atienden un montón de borrachos sin ningún sentido de la ética, que sólo están interesados en guardarse, en los bolsillos, la plata que serviría para pagar entrenadores y construir infraestructuras futbolísticas, que permitirían sacar a cientos de niños venezolanos de la miseria y de la marginalidad.

Táchira viene en racha ganadora y, además, sale favorecido por
el desastre federativo. Foto: Prensa Deportivo Táchira
Es vergonzoso y es fiel reflejo de un país en donde abunda el cacique ignorante y el care’ tabla, que la Federación no se ponga de acuerdo sobre su normativa y decisiones. Es una ignominia que el campeón de nuestro fútbol, posiblemente, se decida en la mesa y no en la cancha, no porque sea Táchira, sino porque no es lo correcto, si acaso los miembros de la Federación saben qué significa eso. Éste es un nuevo episodio trágico en un torneo al que se le invierte mucha plata, pero que sigue siendo un chiste barato, donde los comediantes son malos, y donde el público no se ríe sino que llora y se lamenta. Gracias a la ineptitud y a los guisos de la Federación Venezolana de Fútbol, el campeón del Clausura, sin importar el equipo que logre coronarse, tendrá un asterisco que, además, se resaltará con negritas si el campeón de este semestre gana la estrella.

Sería genial que, lo ocurrido en este final de torneo, termine de despertar a los clubes y se hagan todos los esfuerzos pertinentes para crear, por fin, la ansiada Liga Profesional (privada), para ver si de esta manera podemos disfrutar, en un futuro cercano, de un torneo de fútbol competitivo, moderno y progresista, que haga de los clubes venezolanos rivales temibles en el ámbito internacional. Talento tenemos, sólo que hay que evitar, en lo posible, desperdiciarlo.

[1] Puede leer también "Los tentáculos del Kraken y el fútbol nacional"
Por Erwin López

No hay comentarios.:

Publicar un comentario