lunes, 31 de marzo de 2014

En dos líneas y media

Octavio Paz
Premio Nobel de Literatura en 1990
Foto tomada de Presidencia.gob.mx
"Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro"

Octavio Paz
(Centenario de su nacimiento)

viernes, 28 de marzo de 2014

Castigo del cielo: El terremoto de 1812

El pasado 26 de marzo se cumplieron 202 años de uno de los más mortíferos terremotos que, literalmente, sacudieron nuestra geografía. Conocido como el Terremoto de 1812, este movimiento telúrico tuvo una magnitud de entre 7.7 y 8.0 en la escala de Richter.

Hay divergencias importantes en cuanto al número de víctimas fatales que dejó este sismo. Algunas cifras hablan de 10.000 y otras de 20.000; pero lo cierto es que ya sea una u otra los números siguen siendo dramáticos. Y más aún si tomamos en cuenta el número de habitantes que debió haber tenido nuestro territorio nacional en aquella época (unos 800.000 aproximadamente).

Las ciudades más afectadas por esta "sacudida" que, por cierto, tuvo una duración aproximada de unos 2 minutos fueron también algunas de las más pobladas, como es el caso de Caracas, Barquisimeto y Mérida, y de otras no tanto, como El Tocuyo y San Felipe.

En aquella época, muchos consideraron el terremoto como un “castigo divino por la sublevación independentista contra el Rey de España (conocido como el virtuoso Fernando VII). Claro está, dicha tesis se manejó con mucha fuerza sobre todo porque aquel 26 de marzo fue jueves santo, al igual que el 19 de abril de 1810, día en el que Vicente Emparan fue obligado a renunciar por el Cabildo de Caracas.

Ante aquel argumento teológico, Simón Bolívar según José Domingo Díaz pronunció estas famosas palabras: "Si la naturaleza se opone a nuestros designios, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca". Sin embargo, y muy a pesar de los deseos del Libertador, las consecuencias del terremoto de 1812 trascendieron hasta el plano político, ya que contribuyó con la caída de la Primera República (1810-1812).

Américo Alvarado P.

jueves, 27 de marzo de 2014

En dos líneas y media

File:Johann Heinrich Wilhelm Tischbein 007.jpg
Johann von Goethe, científico y escritor alemán.
 Por Johann Tischbein.
(Foto: es.wikipedia.org)

.

"Divide y vencerás, un lema acertado.Une y gobernarás, uno aún mejor"



Johann Wolfgang von Goethe

miércoles, 26 de marzo de 2014

Del Gran Hombre al Gran Hermano

La dinámica del totalitarismo en la Venezuela del S. XXI.

Hugo Chávez es "El Libertador del s. XXI",  según esta imagen ubicada en la Av. Universidad, Caracas.
Foto de @ErwinLopezCcs

Josefina se siente consternada mientras mira la pantalla de su computadora. Su reciente interés por las redes sociales se ve perturbado por imágenes que ofenden, el propio 5 de marzo, la memoria del Comandante Eterno. Vehementemente exclama: ¡Insultar a Chávez es como insultar a Bolívar! Otro vecino le responde: “e insultar a Bolívar es como insultar a Cristo Jesús”.

Sirva esta pequeña anécdota para definir uno de los principales males de nuestra sociedad: el personalismo, que podemos explicar –para el propósito de este artículo– como la creencia en un Gran Hombre, quien es designado por fuerzas históricas, por la providencia, por Dios o por quién sabe qué o quién, para regir sin límites (en aras de conservar el orden y lograr el progreso) los destinos de una sociedad díscola y anárquica. 

Sí, esta definición nos retumba en los oídos. Venezuela ha tenido muchos grandes hombres y podemos empezar refiriéndonos al más grande de todos, al genio de la América, al gran militar, estadista, político, pensador, genio literario, maestro de las artes, patriota, desprendido, libertario, revolucionario, emancipador, socialista, antiesclavista, anticlasista, progresista, comunista, fascista, ídolo de masas y de misses: sí, nuestro gran Padre Simón Bolívar. La vida y los escritos del Libertador sirven de base para cualquier cuento de camino, que –a partir del inicio de su culto durante el Guzmanato– los gobernantes, incluso, utilizan para seguir sometiendo a los venezolanos a la miseria intelectual y moral.

Las palabras que acabo de decir parecieran muy fuertes, pero ¿acaso el discurso de este gobierno, al igual que el de otros en el pasado, no corresponde a una idealización de la gesta independentista, que les permite seguir en el poder o llegar a él? Para muestra un botón: la misma Mesa de la Unidad decidió nombrar su comando de Campaña en honor a nuestro primer Gran Hombre. El discurso, en este sentido, se repite porque es útil. Sólo una gran personalidad carismática es capaz de aplacar el cuero seco, por eso le pongo a mi Comando “Simón Bolívar” y no José María Vargas, Andrés Eloy Blanco o Fermín Toro. Claro, éstos eran civiles sin las gónadas ni el carisma suficiente para mandar en Venezuela. Además, Bolívar, sabía de todo e incluso predecía el futuro porque “los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”.

Una de las tantas propagandas destinadas a
enaltecer la figura de Hugo Chávez.
Eje del Buen Vivir, Caracas.

Foto de @ErwinLopezCcs
Esta ideologización sutil con Bolívar, y con otros grandes hombres que lo sucedieron y actuaron en su nombre, siempre ha sido un lastre para el desarrollo, porque esconde una gran verdad que historiadores de la talla de Germán Carrera Damas y Manuel Caballero han establecido y defendido con vehemencia, en aras de lograr una sociedad diferente. Los venezolanos no nos sentimos capaces de regir nuestro propio destino como individuos y por eso recurrimos a la figura de un gran hombre, que esté presente, para resolver nuestros problemas como sociedad: Guzmán Blanco fue el gran civilizador de la barbarie decimonónica, Gómez era el gran loquero que metió en cintura a Venezuela, Chávez fue el gran humanista, el Cristo de los pobres, y así –con ellos– seguimos quitándonos la responsabilidad individual y colectiva que tenemos para con nosotros mismos y para con nuestra sociedad.

En la Venezuela que vivimos, la prematura muerte que sufrió Hugo Chávez le salvó del juicio en vida. Su partida hizo que sus acólitos siguieran pensando que “su siembra” no dio los frutos amargos de la polarización política, el descalabro económico, el resentimiento, la pobreza y la miseria moral. Los versados ideólogos del gobierno hablan de que el legado de Chávez es la construcción de una serie de valores que, acompañados por la ideología bolivariana (sic), van a servir para constituir la patria nueva y el hombre nuevo, claves en una Venezuela con soberanía plena, de la mano del socialismo, que genera mayor igualdad y felicidad. Es decir ¡Tenemos Patria!

¿Qué se esconde detrás de esto? Considero, muy humildemente, que la situación que vivimos difiere parcialmente con la de los venezolanos, que de una manera u otra, se enfrentaron en el pasado a los grandes hombres. Esta vez la creación del mito del Gran Hombre-Chávez Eterno, del Comandante sideral, está acompañada de un refrito muy peligroso para nuestra sociedad. Vivimos, en Venezuela, la construcción acelerada de un sistema totalitario bajo la sombra del Gran Hombre, que se “sembró” el 5 de marzo. Muchos considerarán mi afirmación como algo exagerada; pero, poco a poco, están tomando forma diversas estrategias políticas, militares y sociales que me llevan a asemejar el régimen que se está figurando en Venezuela con aquel de la Unión Soviética, parodiado por George Orwell, extraordinariamente, en su novela 1984, y que gobierna en La Habana desde hace décadas.

Hay elementos de sobra para decir esto, Chávez se ha convertido en la versión tropical del “Gran Hermano”. ¿O acaso ustedes no han observado los amenazantes ojos que “vigilan” a la población desde cualquier punto de nuestras ciudades? Llena estaba la Unión Soviética de retratos de Stalin y de Lenin. De la misma manera, el gobierno usa su propaganda  para hacer que Chávez esté presente, “todos somos Chávez” dirían algunos. “Chávez vive”, gritan los soldados mientras marchan al ritmo de la música castrense. “El hijo de Chávez” se considera el heredero impuesto, su legado es eterno, dice la prensa oficial. Este gran esfuerzo propagandístico, para mantener a los adeptos en sintonía con el fenecido líder, se ven acompañados por una estrategia comunicacional en la cual no tienen cabida las diferentes realidades que conviven en Venezuela.

Por ejemplo, la carestía no es consecuencia de que el socialismo destruyó el pequeño aparato productivo que heredamos de la IV República, sino que es generada por una guerra económica de la derecha burguesa. Dicen que luchan contra el imperialismo yanqui, que quiere nuestras riquezas y convertirnos en colonia; pero, desde hace rato, Estados Unidos sigue la política del "Buen Vecino". Dicen que los hechos delictivos son  residuos de la moral capitalista, en la cual lo más importante es el consumo; pero ya llevamos 15 años de educación socialista y los índices de delincuencia siguen subiendo, mientras que Diosdado, y los más cercanos al apamate, hacen fiestas en “La Quinta Esmeralda”, compran propiedades en países capitalistas y amasan el usufructo de nuestra industria petrolera en paraísos fiscales. Hablan de que la prensa incita a la violencia social y la multan por ello; pero es un hecho documentado que Juan Barreto y Freddy Bernal armaron a un gentío para que, a la hora de la chiquita, defendieran la revolución (recordemos los “Círculos Bolivarianos”, hoy Colectivos Revolucionarios).

Y si hablamos del último mes, ¿qué podemos decir de los llamados a la paz en cadena nacional, mientras se agrede a protestantes que, en su mayoría, son pacíficos?, ¿nos atreveríamos a decir que este gobierno cumple con su función de hacer respetar la ley cuando le aplica juicios sumarios a la disidencia, mientras hay prisioneros comunes que llevan años esperando por ir a la corte? ¿Podemos hablar de que este gobierno es humanista, como el Gran Hombre-Gran Hermano se caracterizaba, cuando la Guardia Nacional Bolivariana tortura y somete a tratos crueles a los detenidos por protestar? ¿Podemos hablar
El Gran Hermano te observa, a pesar de la anarquía.
 San Juan, Caracas.
 Foto de @ErwinLopezCcs
 de Estado de Derecho, cuando se llevan detenidas a personas sin estar en flagrancia comprobada y sin mediar orden judicial? ¿Podemos hablar de libertad de expresión y de pensamiento cuando se ataca a la prensa por hacer su trabajo?


Pues sí, muchos, como Josefina, piensan que el gobierno está en lo correcto y mientras este régimen se siga apoderando de los espacios virtuales, físicos y emocionales, nos veremos cada vez más sometidos, como ella. Porque el Partido gobierna, porque controla todo: las divisas, la escasez, el hambre, la verdad, el amor, por dónde caminas, qué vas a consumir y qué vas a estudiar en el exterior. Y con mucho dolor, les tengo que decir que también van a intentar dominar lo que nos es más preciado: nuestros niños y jóvenes, adoctrinándolos, controlándoles la mente como pasa en Cuba y en Corea del Norte. Ésta es la última etapa de la trampa. Si ellos son dominados, viviremos como en la Isla de la Felicidad.

Mi intención, con estas palabras, más que crear desesperanza, busca promover actitudes no violentas que nos hagan prevalecer sobre este intento de acabar con nuestro bien más preciado como seres humanos: la libertad individual. Si nosotros cedemos el espacio de nuestra libertad individual, el futuro no nos depara augurios positivos. Muchas herramientas están a la mano para combatir el totalitarismo que se quiere establecer. Mucha unión necesitamos para poder sobreponernos a tiempos tan aciagos; pero nunca debemos perder la esperanza de ver a nuestro país libre del personalismo, en desarrollo sostenido, y con una sociedad que crea en los valores de la República, respetando el derecho de las minorías y en democracia.

Por Erwin López

martes, 25 de marzo de 2014

Escrito en luz: Los dos símbolos del poder

(@ErwinLopezCcs)
Un miliciano camina por el centro de Caracas en una tarde plácida, mientras que en el hemiciclo del Palacio Federal Legislativo se suceden escenas que, para él, son cotidianas. La Asamblea Nacional pasó de ser la máxima expresión del poder civil, a convertirse en un cuartel comandado por el puño de hierro del Capitán Diosdado Cabello.

Por Erwin López

lunes, 24 de marzo de 2014

De detalles... Y Piqué

Foto tomada de Fcbarcelona.es
Benzema anotó dos y pudo haber convertido otros dos, justo cuando el Madrid encontró su velocidad, después de unos 20 hermosos primeros minutos del Barça -con golazo de Iniesta incluido- en los que no supo tomar una ventaja mayor por raro fallo de Messi y por las dudas de Neymar.

Pero los grandes partidos de fútbol suelen decidirse por detalles y, en ese territorio, triunfa Messi, como en su día triunfó Raúl. Al borde del descanso se inventó un pase a Neymar quien, sorprendido, se dejó robar... Y Messi, quien siguió la jugada dentro del área hasta el final, tomó el balón rebotado y lo depositó en las redes. Máximo anotador de la historia de los clásicos y 2-2 antes del descanso. Eso sí, Benzema, de cabeza, todavía tuvo tiempo de acariciar su hat-trick.

El otro detalle: vuelve a adelantarse el Madrid en el marcador; pero de nuevo Messi le hace un pase magistral a Neymar para que Ramos cometa penalti y sea expulsado: 3-3 y media hora por delante. Entonces, Ancelotti decide retirar a Benzema, ¡el jugador más incisivo de su equipo! 

El Madrid no volvió a tener situaciones de gol claras. Sí, jugaba con uno menos, y el Barça te vuelve loco con su acostumbrado toque de pelota; pero Carlo sacó al francés sin siquiera haberse tomado unos minutos para observar el desenvolvimiento de su equipo con diez jugadores. Detalles...

Y luego Piqué. No seremos muchos los que recordemos su Clásico de hoy en el aforo merengue, pero aún así lo destaco: serio, seguro, callado, sin amonestaciones, sin aspavientos, templado, justo cuando más lo necesitó el equipo. ¡Importante porque Mascherano hoy sufrió mucho! Este último, durante el primer tiempo, no pudo con la posición, siempre ganada por Benzema y, en el segundo, le tocó bailar con un "apagado" pero siempre peligroso Cristiano. Piqué hizo lo que pudo frente al mal día de su compañero. También cuando fueron desborados Alba y Alves, el espigado central catalán estuvo atento y rápido para cortar. Además sacó el balón con criterio y funcionó perfectamente como válvula de escape cuando el Barça no podía ir hacia el frente. 

Los detalles y Piqué fueron, en mi opinión, más letales que los penaltis pitados y no pitados. Y claro, en los detalles, Messi con tres goles y una asistencia. El Madrid perdió dos ventajas en el marcador y, con ello, no pudo poner tierra de por medio ante el siempre temible Barça de todos los títulos posibles: los blaugranas parecen querer más y no dejaron que les cerraran la puerta en el Bernabéu.

Por José Miguel Goñi

domingo, 23 de marzo de 2014

El momento de esta lucha

Una reflexión sobre la situación actual de Venezuela

Foto de @ErwinLopezCcs
Después de quince años, el gobierno y la oposición siguen sentados frente a frente, moviendo sus fichas sobre el tablero tricolor. A pesar de luchar uno contra otro, hoy parecen combatir más con sus demonios que contra el oponente, como si estuvieran en dos juegos paralelos. 

El oficialismo, con objetivos claros al inicio, capitalizó el sentimiento de exclusión y el cansancio frente al bipartidismo, apostando por la conformación de un gobierno personalista alrededor de una figura muy carismática, entendida como mesiánica: Hugo Chávez. Pero luego de su fallecimiento, y por la grave crisis que se vive, los revolucionarios lucen débiles y notan cómo el sucesor no puede mantener ese intenso apoyo que, en definitiva, sólo lograba “el redentor”. Por supuesto, es importante entender claramente esa reciente debilidad: hablamos de un tigre herido, con menos apoyo, pero con sus garras bien afiladas. Hoy el gobierno, cual pugilista mareado –por el resbalón que lo golpeó contra la lona–, busca mantenerse de pie mientras lanza golpes como mecanismo de defensa.

Por su parte, la oposición, tal como lo ha hecho durante casi todo el proceso, reorganiza su liderazgo justo cuando debe –con inteligencia– poner en jaque al contrincante. En medio de las protestas parece evidenciarse la pugna entre los líderes, quienes inflan el pecho ante los aplausos de sus espectadores de siempre, ya ganados, en vez de ocuparse de aquellos que están disgustados con el gobierno, pero que aún no se sienten identificados con la oposición (ocuparse, no sólo decirlo). Los partidos opositores parecen confundir sus prioridades en los peores momentos. Si el combatiente rojo se tambalea y lanza golpes a lo loco, el azul embiste contra sus espejismos, dándole un respiro al debilitado gobierno. Ante semejante escena, los jóvenes, los estudiantes opositores, a pesar de sus vínculos con los partidos, parecen entender un poco más la situación y complementan las necesarias protestas con intentos por conectar sus reclamos con las necesidades del país y, en especial, de las zonas populares. La mayor o menor efectividad de los pancartazos y de las entregas de volantes, entonces, pueden resultar cruciales, sobre todo por el estado crítico del oficialismo. Entendiendo, por supuesto, que la revolución –aunque peligrosa y armada–, sigue sin poder solventar los problemas de producción y, por consiguiente, de escasez. Resulta clave, en esta partida, que los llamados sectores populares se identifiquen con el reclamo de los estudiantes. Por lo menos así parece, de acuerdo al momento que vivimos (sabemos que todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos).

No hay, no hay, no hay de
María Alejandra Arias Escalante

Ya en una ocasión el movimiento estudiantil demostró su poder de convencimiento. Hoy, con una generación renovada, que debe aprender de los errores previos, puede penetrar –con más contundencia– en la conciencia de los sectores chavistas, y evitar que la garra afilada del gobierno consiga golpear el rostro de una oposición (hablando de las cúpulas) caza-mariposas. Esa garra, el poder militar, es la principal arma de un proceso personalista en decadencia. La capacidad de convencimiento, de hacer propuestas concretas, debe ser el objetivo de los políticos opositores y los estudiantes pueden impulsarlos. Es momento de ya no dedicarse, exclusivamente, a hablar de lo que no gusta de este gobierno o, peor aún, de copiar la fórmula chavista; por el contrario, es necesario hablar de lo que se hará para salir de la crisis, proponer un nuevo proyecto y sentar las bases para conformar un futuro gobierno integrador, caracterizado por el respeto a la institucionalidad y por propiciar la reconciliación entre los venezolanos, sepultando el resentimiento y la exclusión. Es un buen momento para empezar el camino que nos lleve a un verdadero cambio, en vez de diseñar un proyecto perecedero, condenado a morir antes de implementarse, por repetir los errores de nuestra historia.

¿Cuánto falta para concretar la aplicación de un proyecto de país que nos incluya a todos, proyecto que esté por encima de los políticos y de los partidos? Es difícil predecirlo, depende de muchos factores, de muchas voluntades y de muchas habilidades. Pero parece importante, para ello, que se vaya dando la renovación política de la oposición (ideológicamente clara), la buena labor de los nuevos líderes estudiantiles –quienes deben seguirse formando y evitar ser desplazados luego de este momentum– y la posterior integración entre los demócratas de cada polo, como ejemplo del objetivo principal: la verdadera unión de toda Venezuela. ¿Cuáles son los grandes obstáculos que deben superarse? Principalmente puedo mencionar dos: la preponderancia de las aspiraciones individuales –típicas en nuestra historia política– y el militarismo, que estratégicamente ha permeado todo el espectro político nacional (pensemos, nada más, en su presencia en el parlamento y en las gobernaciones). En este sentido, de cara al futuro del país, se plantean claros retos y muchas interrogantes; pero, en vez de adormecernos por la angustia, justo es que empecemos –de una vez– a labrar el país que queremos.

Por Manuel Ferreira Cid

viernes, 21 de marzo de 2014

En dos líneas y media

Imagen del "Gran Hermano", líder
del mundo distópico orwelliano.
Foto tomado de it.wikipedia.irg
"Constituye una táctica deliberada
(del Partido) mantener incluso a los grupos favorecidos al borde de la escasez, porque un estado general de escasez aumenta la importancia de los pequeños privilegios y hace que la distinción entre un grupo y otro resulte más evidente"

George Orwell. 1984. 

miércoles, 19 de marzo de 2014

Escrito en luz: Atardecer dominguero en Caracas.

 Por @erwinlopezccs

Vista de Caracas, ciudad que en algún momento aspiró ser una urbe moderna. El bello atardecer y la dinámica autopista esconden su presente sórdido y violento

Por Erwin López

martes, 18 de marzo de 2014

Elisa Lerner: entre la realidad y la ficción, una idea de literatura

Elisa Lerner.
Foto tomada de El Nacional
 “Sin mundo real no hay mundo de ficción […]
sin mundo real no habría ficciones sino cielos estetizantes”
Elisa Lerner. Yo amo a Columbo o la pasión dispersa.

Elisa Lerner es, principalmente, una dramaturga, cronista y ensayista venezolana, reconocida en 1999 con el Premio Nacional de Literatura. Su obra se ha caracterizado, especialmente, por la coherencia y por su profundo sentido crítico, acostumbrando a partir de la cotidianidad del siglo XX para desarrollar su propuesta ficcional. En este sentido, la obra de Lerner juega entre la línea que separa la realidad de la ficción, desarrollando ciertos ejes temáticos centrales, como afirma José Balza, tales como la memoria y el diálogo. Y es que, para Lerner, “la literatura no es el triunfo, sino la palabra que se sufre”, es también la búsqueda de “la palabra exacta, precisa, que pueda unirnos, definitivamente, al mundo y a sus seres”. La relación entre la ficción y la realidad, para la autora, no sólo es un hecho en su obra, sino una necesidad.

La narradora, por ejemplo, de Yo amo a Columbo o la pasión dispersa (libro de crónicas de la escritora) funciona como un doble ficcional de la autora Elisa Lerner. A partir de esta propuesta, se nos muestran ciertas parodias, reflexiones y críticas sobre una realidad que ha definido, en parte, la conciencia nacional del venezolano contemporáneo y que ha afectado su producción artística en el pasado siglo. Lerner, en efecto, va mostrando un dibujo de país, un diseño que resalta las consecuencias producidas por diversos sucesos históricos que sacudieron y transformaron la nación. El venezolano vio cómo las dictaduras, la aparición del petróleo y la difícil transición democrática (más su posterior afianzamiento) caracterizaron gran parte del siglo XX nacional y terminaron generando un importante impacto en la definición e identificación misma del venezolano. La escritora entiende que muchas de nuestras características no son más que consecuencias de lo que hemos vivido desde inicios de 1900, de las sacudidas históricas –como dijo el historiador Manuel Caballero– que se produjeron en ese período. Quizá por esto Susana Rotker llegó a afirmar que “el problema central de la dramaturgia de Elisa Lerner es la identidad”. Entender al venezolano, comprender su pasado reciente y el vínculo de éste con el arte parecen establecerse como objetivos claros en su obra.

¿Cuáles son algunas de esas consecuencias producidas por las dictaduras y por las precarias democracias  (como las catalogó Lerner)?  Podemos  mencionar  la  dificultad  para  dialogar,  la  carencia  de  memoria –instrumento que sólo fue utilizado por los dictadores para perseguir a sus detractores– y la mentalidad rentista, vinculada con la explotación del llamado oro negro. Estas características o “bárbaros estigmas” también afectaron y definieron, en parte, la producción literaria venezolana. Es que, por supuesto, los escritores no escaparon de lo que se vivió durante el siglo y esas experiencias, esos estigmas, con frecuencia se reflejaron, de una forma u otra, en sus producciones.

Partiendo de esta última afirmación, Lerner analiza incluso por qué algunos géneros –como la poesía– se desarrollaron más que otros, en Venezuela. Caracteriza, de esta forma, la literatura nacional y nos da a entender cuál es su ars poética. La escritora prefigura, en Yo amo a Columbo, un canon literario nacional, en el cual destaca (revaloriza) obras como las de Salvador Garmendia, José Ignacio Cabrujas, Guillermo Meneses, entre otros, por manifestar los rasgos que satisfacen sus expectativas como lectora: el rescate de la memoria, la introspección, el diálogo y el humor. Características que, muchas veces, se vinculan entre sí: la autora señala, en este sentido, la importancia de un humor “no exento de memoria”, entendiendo –a su vez– la relación de dicha memoria con la introspección que, por su parte, también debe comprometer, permitir el enfrentamiento de ideas a través del diálogo Mientras hace estos planteamientos, en diversas crónicas, su obra sigue desarrollándose y procurando cumplir con esas expectativas.

Según Silda Cordoliani, Lerner busca destruir sus fantasmas personales y liberar al país de sus espectros. En definitiva, agregaría yo, aspira la conformación de una literatura nacional caracterizada, antes que nada, por la no-complicidad, por combatir los “bárbaros estigmas” impuestos por los dictadores (continuados, en cierta medida, por nuestros demócratas). La narradora sueña con el continuo desarrollo de un arte testimonial y clarividente, que se aleje de la tradición de silencio político y que promueva tanto el diálogo como el rescate de la memoria nacional, alejándose del monólogo (o de los fracasados intentos de diálogos) que parodia en sus obras teatrales, fomentando más bien discusiones, permitiendo el desarrollo del pensamiento crítico y la desmitificación, por qué no, de ciertas bases culturales.

Otras obras de Elisa Lerner: podemos mencionar sus textos teatrales Una entrevista de prensa o la Bella de inteligencia (1960), En el vasto silencio de Manhattan (1963), El país odontológico (1966), Vida con mamá (1975), La mujer del periódico de la tarde (1976); libros de crónicas como Crónicas ginecológicas (1984) y Carriel para la fiesta (1997); así como su novela De muerte lenta (2006).

Un poema, novela u obra de teatro se contagia
de todos los trastornos de la humanidad.
Harold Bloom. Elegía al canon

Por Manuel Ferreira Cid

lunes, 17 de marzo de 2014

En dos líneas y media


Elisa Lerner (escritora venezolana).
Foto tomada de El Universal
La crítica, "antes que todo, es una escrupulosa búsqueda de lucidez a través del diálogo y de la reflexión"
Elisa Lerner

sábado, 15 de marzo de 2014

Escrito en luz: In memóriam, 12 de febrero de 2014

Por Erwin López (@erwinlopezccs)
Luego de la batalla campal que estremeció a Chacao, el día miércoles, quedó en pie este tributo, levantado por una comunidad agradecida con quienes luchan por el futuro. A ustedes, Bassil y Roberto, a todos los caídos en la resistencia, su lucha fue quijotesca y cruel. Ningún joven debe morir en manos de un gobierno que pisotea todo por tratar de imponer un sueño trasnochado. Como esta comunidad, estamos sumamente consternados, pero agradecidos. ¡Viva Venezuela Libre!

Por Erwin López

viernes, 14 de marzo de 2014

Aprendiendo a convivir: desde la casa a la comunidad

Convivir es, simplemente, vivir con los otros. Ahora bien, la convivencia realmente es más compleja de lo que su significado indica. Ésta, para que sea sana, debe ser armoniosa, procurando que las relaciones interpersonales se fundamenten en la buena comunicación, en el respeto, la tolerancia y, preferiblemente, el afecto. La convivencia, en este sentido, parte de aceptar la diversidad y, desde el diálogo y los valores, dar respuesta a las necesidades de todos. La convivencia representa también un duro e interminable proceso de  aprendizaje que se inicia desde la niñez. El punto de partida para lograr convivir en el pleno sentido de la palabra -en comunidad- es conocer y valorar nuestros derechos y los derechos de los demás, cumpliendo cabalmente con nuestros deberes.

En el seno de cada familia existe un orden esencial en el cual todos sus miembros se sienten cómodos y seguros. Los Padres, los mayores, deben estar disponibles en calidad y cantidad de tiempo para asegurar una buena comunicación con los hijos, respondiendo sus inquietudes, guiándolos y orientándolos. Los adultos deben empezar a entender que es fundamental convivir sanamente y que los hijos deben iniciar, cuanto antes, ese interminable proceso de aprendizaje que colaborará con la formación de ciudadanos capaces de vivir con los demás, teniendo siempre como norte el respeto.

En el día a día, los Padres deben promover en sus hijos el reconocimiento de la figura de autoridad, que representan los mayores, cuando fijan posiciones en conjunto, con límites claros y bien definidos, dirigidos a canalizar las conductas de éstos. Cuando papá y mamá, por el mayor acto de amor hacia sus hijos, son capaces de hacer un alto en sus diferencias para establecer acuerdos, en pro de los hábitos y la disciplina de ellos, contribuyen con el aprendizaje del reconocimiento de esta figura, lo cual se extenderá posteriormente a la figura del maestro y así sucesivamente.

Por otra parte, la autoridad debe ser ejercida bajo el cobijo, la protección y el amor familiar. Una autoridad que, para no perder credibilidad, debe sustentarse en pilares sólidos y coherentes. La gran misión de los mayores es modelar a través del ejemplo coherente entre lo que se dice y lo que se hace, en un ambiente de afecto, respeto, tolerancia y cooperación entre todos los miembros de la familia, para así lograr sembrar la semilla de la cual germinarán los valores que permitirán la formación integral desde temprana edad, procurando que, en un futuro, los niños de hoy se conviertan en hombres y mujeres de bien, capaces no sólo de vivir y convivir, sino de contribuir con valiosos aportes para que mejore la calidad de vida de todos.

De igual manera, la escuela tiene la gran responsabilidad en la enseñanza y puesta en práctica de la educación en valores. Educar en valores implica desarrollar la capacidad crítica de los estudiantes para ejercer la libertad, el respeto, la solidaridad y la tolerancia en el contexto de una sociedad plural. La escuela, apoyada por la familia, debe ser la que propicie la participación de los alumnos en la promoción de la paz, el ejercicio de los principios democráticos, toma de decisiones y en la resolución de los conflictos que surjan como resultado de las actividades propias de la vida escolar. Es decir, la escuela debe promover e impulsar la ciudadanía activa y la vinculación de sus miembros con su comunidad más próxima, para –de esta manera– hacerlo extensivo, poco a poco, al resto de los miembros de la  sociedad.

En tal sentido, los colegios igualmente deben difundir los aspectos más resaltantes de la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescente (LOPNA), Ley Orgánica de Educación (LOE) y los Acuerdos de Convivencia, así como promover la formación de los "Mediadores por la Paz Escolar", como se hace, por ejemplo, a través del Programa del Buen Trato (impulsado por el Municipio Chacao y CECODAP). La idea es que, poco a poco, las instituciones educativas permitan la incorporación de más estudiantes en la toma de decisiones frente a situaciones que les conciernen, en las diferentes actividades que desempeñan, para que colaboren con la resolución de los conflictos y presenten propuestas relacionadas con los posibles procedimientos que deben seguirse frente a determinados hechos.

En definitiva, sea en la escuela, en el seno familiar o en cualquier otro espacio, el llamado es a que, cada uno de nosotros, contribuyamos con el fortalecimiento de los valores y promovamos la sana convivencia, a través del ejemplo y del diálogo. No basta con quedarnos sentados y repetir una y otra vez que “los valores se han perdido”, si no somos capaces de asumir las responsabilidades e intentar cambiar esta realidad. No menospreciemos los espacios propicios para conversar en nuestros hogares y en  las aulas, cediendo momentos para que los niños, adolescentes y jóvenes participen con seguridad, sin temor alguno. Es una necesidad que los adultos entiendan y sepan explicar, por ejemplo, que hay diferencias entre solidaridad y complicidad, que debemos cumplir con nuestros deberes para hacer exigibles nuestros derechos, que siempre es mejor resolver los conflictos desde el ganar-ganar, armonizando los intereses individuales con los intereses colectivos. Todos debemos poner nuestro grano de arena para mejorar el presente y, formando a las nuevas generaciones, garantizar un mejor futuro.

En estos tiempos difíciles, el gran reto que tenemos como seres humanos –desde mi perspectiva– es vivir poniendo los pies bien firmes sobre la tierra. Proponernos, cada uno, mirar más hacia nuestro interior, valorando y cultivando nuestras potencialidades y riquezas, y colaborando (desde nuestras posibilidades) con las mejoras que necesita nuestro país. Es también fundamental, por supuesto, que no seamos promotores de los antivalores que tanto criticamos: no le pidamos, al otro, que haga aquello que nosotros somos incapaces de hacer. Al final, es así de simple cómo cada uno puede honrar su paso por el mundo, sin importar demasiado el rol que desempeñe, aprendiendo, conviviendo sanamente y poniendo al servicio de los demás lo que se ha aprendido.

Por María Teresa Martínez

jueves, 13 de marzo de 2014

En dos líneas y media


Manuel Caballero. Historiador y periodista
venezolano. Foto tomada de El Nacional.

"Toda mi vida he detestado a los 

militares y al militarismo 

en general" 

Manuel Caballero

Los tentáculos del Kraken y el fútbol nacional

El Kraken era un monstruo de la mitología escandinava que, según los cuentos, se dedicaba a engullir barcos y gente en el Atlántico Norte durante la época medieval. Se hablaba de él como un animal parecido a un calamar, pero de dimensiones desproporcionadas, que se valía de sus tentáculos para capturar a sus desprevenidas presas, las cuales, sin ningún tipo de oportunidad para sobrevivir, eran devoradas por tamaña bestia. Sirva la analogía para referirme al alcance que tiene el poder del gobierno venezolano para corromper lo que muchos de nosotros consideramos como sagrado: el fútbol nacional.

En este caso, nuestra versión tropical del monstruo escandinavo también destruye lo que toca con sus tentáculos y nada puede resistir a su poder. Tanto es así que la actividad futbolística se ha visto empañada por la confrontación entre la AUFPV y la FVF, situación que no puede provocar algo menos que indignación y una rotunda expresión de “te lo dije”, como fiel testimonio del fracaso de nuestro fútbol en su enmalezado camino por volverse realmente “profesional” y autosustentable.

¿Porque afirmo esto con tanta vehemencia? Porque las decisiones tomadas por la Federación Venezolana de Fútbol, con respecto a la continuación de la Jornada 7 del Torneo Clausura 2014, dejan en evidencia hasta dónde los tentáculos del poder político en Venezuela pueden torcer las voluntades más comprometidas y acabar con el ánimo de quienes veíamos, en el fútbol, uno de nuestros escapes frente a las difíciles situaciones que se viven en el país. Además, fue la bofetada de un monstruo, que se hace llamar el “gobierno de los obreros”, a uno de los gremios más vilipendiados en la historia del deporte nacional. Lo vivido muestra que gran parte de los agremiados de la AUFPV pasan por el mismo tormento de nuestros empleados públicos, quienes no pueden manifestar su descontento y preocupación por situaciones que, incluso, amenazan la integridad personal y/o moral.

Foto por Erwin López (@Erwinlopezccs)
La FVF se dejó manosear por el Kraken al permitir que los clubes cesarán en la búsqueda del crecimiento económico independiente y de sus aspiraciones deportivas, bajo la sombra de los apéndices regionales del monstruo que ve la actividad deportiva como propaganda. La FVF no rinde cuentas a nadie, porque decidió venderse al proyecto político de turno, en vez de preocuparse por el desarrollo de una disciplina en la cual, Venezuela, despilfarra su talento por la mediocridad de la dirigencia.

Sólo pocos equipos, de los que conforman la Primera División de Venezuela, no dependen de algún ente gubernamental. Tomando esto en cuenta: ¿cómo podían esperar los miembros de la AUFPV que se les respetara su natural miedo de verse afectados por los hechos de violencia que aquejan a Venezuela en las últimas semanas? Como dijeron algunos periodistas, la posición de la AUFPV fue casi que temeraria, yo añadiría que también fue justa.

Muchos jugadores no estaban de acuerdo con asistir a los entrenamientos sin saber si podían regresar a sus hogares, muchos de ellos tampoco estaban de acuerdo con viajar a otras ciudades, en donde podían ocurrir situaciones que atentaran contra el normal desenvolvimiento de las actividades deportivas, muchos se quejaban de que podían ser víctimas de los hechos violentos, propiciados por aquellos que no querían que en el país las cosas transcurrieran con normalidad.

Era sensato, justo, respetable, plausible, que la AUFPV defendiera la integridad de sus agremiados, tomando en cuenta, además, que muchos de ellos jugarían esa peligrosa jornada con la incertidumbre de no saber nada de pagos adeudados y promesas incumplidas. Hay que ser bien caradura para pedirle a los profesionales sacrificarse por una institución que participa en torneos sólo para el provecho de sus directivos, de la politiquería y de los empresarios piratas.

Si muchos se quejan porque el fútbol moderno se ha convertido en un negocio, es aún más lamentable lo que pasa en Venezuela, en donde los más radicales líderes regionales amenazaron –por ejemplo– con expulsar, de las plantillas que mantienen, a aquellos jugadores que se sumaron a la idea de no jugar en esa jornada. La mayoría de los deportistas tomaron esa decisión no porque se hubieran sumado a un paro político –porque si algo tiene el futbolista venezolano es que sabe sacar la política partidista de su trabajo– sino porque muchos simplemente no podían presentarse a jugar. Lo demás es crónica: la FVF hizo caso omiso, el Deportivo Táchira no pudo presentarse en El Vigía, Estudiantes no pudo entrar en el Misael y los demás equipos jugaron, irresponsablemente, con juveniles.

Ni hablemos del irrespeto, que representa todo esto, al otro actor fundamental: los fanáticos.

La FVF mostró su incapacidad para tomar la decisión más justa, azuzada por el Kraken, sin importar que el país haya estado viviendo momentos tan complejos. La proverbial pataleta del alcalde “bolivariano” Rafael Lacava –quien le retiro su apoyo al Carabobo FC–, la intervención del Ministro del Deporte para “solucionar” el conflicto, el despido de Ángel Cavalieri, para entonces D.T. del Aragua, y la amenaza de despedir a 11 jugadores del Atlético Venezuela (que en definitiva no se llevó a cabo) son los máximos ejemplos de que el manejo de la situación presentada en la Jornada 7 fue meramente político y no se tomó en cuenta la posición de los jugadores. La guinda de esta torta: luego de que no se tomara la mencionada medida de despido a esos jugadores del “conjunto patrio”, éstos, a través de Javier Toyo, llamativamente anunciaron su posible desvinculación con la AUFPV (usando argumentos poco claros).

Este precedente, a mi entender, hiere gravemente a una AUFPV que, probablemente, si algo puede reclamársele es que no reaccionó con muchísima más fuerza ante el ente federativo en defensa de sus agremiados, cuando éste se negó a atender sus solicitudes. Que debió haber cosechado el apoyo que entre la prensa y el público tenía su decisión. Los jugadores, al dividirse, les dieron a los siervos del calamar la posibilidad de mostrarle a su amo que todo está bajo control. Que, como el país, el fútbol sigue su camino “titeretado”, obviando las vicisitudes de una patria desgarrada. Quedó claro que los jugadores no tienen cómo hacerse valer delante de la nación, que ellos seguirán siendo los grandes perjudicados, porque si a los directivos, a la Federación y al Kraken no les importó mucho hacerles arriesgar la vida, ¿les importará pagarles el quince y último? ¿Les importará el futuro de ellos cuando tengan alguna lesión grave?

Si en algún momento Esquivel se sintió más omnipotente, fue en éste. Parece avecinarse un momento sumamente aciago para cumplir con el sueño de la consecución de la Liga de Fútbol que el país del balompié anhela, una Liga profesional, organizada y robusta.

Por Erwin López

martes, 11 de marzo de 2014

Escrito en luz: nuestro país en imágenes.

Amanecer en Ocumare de la Costa. Costa de Oro, Edo. Aragua. 

Por Erwin López

En dos líneas y media

Antonio Leocadio Guzmán,
editor de "El Venezolano".
 Por Martín Tovar y Tovar

"Más prefiero una libertad peligrosa que una esclavitud tranquila"


Lema del periódico "El Venezolano". 1840



lunes, 10 de marzo de 2014

Carta de racionamiento y fijación de precios máximos por Jesús Huerta de Soto (video)

¿Por qué hay escasez en Venezuela?

Foto tomada de Runrun.es
La escasez es uno de los problemas más graves que afectan la calidad de vida de los venezolanos. El gobierno, nuevamente, afirma que las causas son la especulación y el acaparamiento. Lo llamativo es que, a pesar de las diversas medidas que ha tomado el Ejecutivo en estos quince años, el problema -lejos de solucionarse- parece más bien agravarse. La expropiación de empresas, la fijación de precios justos, no han podido evitar que desaparezcan del mercado productos tan necesarios como la leche, el aceite de maíz, la harina, el azúcar, el papel higiénico, entre otros. Por el contrario, cada vez es más común ver anaqueles vacíos, largas colas y hasta peleas entre los compradores.

Recientemente el Presidente Nicolás Maduro propuso otra posible solución: una tarjeta bancaria que promete evitar la especulación. Al mejor estilo (cubano) de las cartas de racionamiento, la tarjeta registrará electrónicamente las compras para que los consumidores no adquieran más productos de los que necesitan.

Ante esta posible medida, considero interesante compartir el siguiente video en el que un reconocido economista español, Jesús Huerta de Soto, explica las consecuencias de la fijación de precios máximos. Espero que, a partir de él, podamos reflexionar y sacar nuestras conclusiones.

Por Manuel Ferreira Cid