Y sí, ha sido uno de esos partidos que
tal vez no debiste perder. Al menos, no de esa manera: con una galopada
impresionante de un chaval anónimo (haya costado lo que haya costado), ante un
renqueante héroe inesperado, a cinco minutos del final, con Pinto entregado de
piernas abiertas… No, no merecías perder así.
Pero el fútbol es cruel contigo.
Siempre, casi siempre. ¡Tu año de gloria fue producto de un zapatazo! Y claro,
precedido de un mal "despeje blue" que Messi dominó, cedió e Iniesta
certificó. Ahí la suerte te sonrió. Neymar e Iker, hoy, por su parte, recordarán ese
balón al poste: de mala suerte para uno, de buena para el otro. Casillas y su
particular ángel, como siempre, el que también los mantuvo en Suráfrica. ¿O
será otro? No, es el mismo, el de siempre, el de Iker... El que nos maravilla,
el que nos reconforta cuando lo vemos levantar un trofeo. Aunque no estemos con
su equipo, lo respetamos y valoramos y eso tiene un precio distinto... Solo
Xavi, Iniesta y otras veinticuatro personas lo comprenden y viven así.
¿Preguntas al respecto? Consulten a Mourinho.
Y así es la historia del fútbol:
de momentos... Para Martino es mucho castigo, para Ancelotti demasiado triunfo.
Pero quería yo hablarles del
Barsa y su necesaria derrota, la que te dice: ¡hasta aquí! ¡no damos
más! ¡no hay nada nuevo en nosotros! Y sí, la derrota que duele hasta
el tuétano. Por eso mismo, porque la sentías cercana, "pero todavía
no", la sentías encima tuyo "pero todavía
no"... "Un partido más, una eliminatoria más, una jornada
más, una final más" Siempre pensando que irías más allá; pero hoy no
hubo más allá.
Si lo vemos con sinceridad y
ánimo de verdad, no ha pasado gran cosa. Sólo darnos cuenta que llegó la
derrota necesaria... ¿Y ahora qué?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario