Hoy
inicia el Mundial y, con él, la participación de la anfitriona y favorita. Brasil
comienza su transitar en casa y –aunque en la comodidad del hogar– el camino no
es fácil. La Canarinha pisará el
césped entre la ovación de sus fanáticos, pero sabiendo que debe vencer
fantasmas antiguos (maracanazo) y el álgido clima nacional (social), que sigue amenazando, de tanto en tanto, con empañar el espectáculo deportivo. La selección
verde-amarilla, en este sentido, sabe que su desempeño tiene doble importancia,
dos objetivos: satisfacer las siempre elevadas exigencias de su público y, además,
lograr que el fútbol vuelva a reinar en cada rincón de su país.
Entre las dificultades también podemos nombrar al rival del debut: Croacia. No es
el partido más sencillo, a pesar de que los europeos se clasificaron en el
repechaje del viejo continente. Croatas
y brasileños, de hecho, parecen ser justamente quienes gozan del mayor
favoritismo para acceder a la siguiente ronda en el Grupo A. Por esto es crucial, para los
suramericanos, iniciar con buen pie y así permitir que la samba suene y el
sendero se despeje. Modric y Rakitic serán los encargados de evitarlo, intentando que su habilidad destaque en
la batalla clave que se librará en el medio campo contra Paulinho y Luiz Gustavo,
guardianes respaldados por una sólida defensa central. El trabajo acertado de
estos últimos, por su parte, permitirá controlar a las dos estrellas croatas (quienes lamentablemente no contarán con su socio ideal en la delantera) y desarrollar posteriormente el
poder ofensivo de Brasil: con la conducción de Oscar, el desequilibrio de
Neymar, las proyecciones de Marcelo y Alves, así como la potencia de Hulk y el
oportunismo del limitado Fred. Sí, esta selección de Brasil se construye sólidamente desde atrás hacia adelante, pero un pestañeo frente a los croatas puede complicar al equipo carioca.
En
definitiva, hoy precisamente revive un sueño (todos los sueños), hoy la historia del fútbol
baila al son de los tambores y se pasea por las calles de un país cuyo nombre
perfectamente podría funcionar como sinónimo del mismo juego. Hoy un pitazo
estremecerá el mundo y enfrentará la ilusión croata contra la atípica pero
mágica Brasil. Hoy el planeta se paralizará para seguir con la mirada, minuto a
minuto, el transcurrir de un partido esperado, el primer capítulo de un evento memorable.
Por Manuel Ferreira
No hay comentarios.:
Publicar un comentario