Soldado ruso con pose marcial en el desfile que conmemora el Día de la Victoria en Moscú. (Foto: www.cbc.ca) |
Quizás los que conmemoran esta
fecha con más entusiasmo y solemnidad son los países de preponderancia étnica
eslava, en donde aquella Alemania de Hitler desató todo su odio racial contra los
que consideraba untermenschen. Casi 80 años después, La Plaza Roja
de Moscú, con grandes fastos militares, sigue llenándose de fervor patriótico
para venerar a aquellos que lucharon y murieron por la supervivencia de su
pueblo, que junto a los judíos, fue el más perjudicado por los campos de
concentración, el hambre y los escuadrones de la muerte del Tercer Reich.
Para nosotros, estas fechas
deberían representar un horrible recordatorio del peligro del radicalismo en
cualquiera de sus expresiones, una lección de nuestro pasado no tan lejano
sobre las consecuencias de la intolerancia y del irrespeto a la dignidad humana
de nuestros pares. Ningún ser humano merece ser ajusticiado ni sometido a
tratos crueles por pensar o ser diferente, es un Derecho Humano que es
inalienable, ojalá que los gobiernos del mundo entiendan y respeten éste y
otros principios, por humanidad.
Por
Erwin López
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