Zamora brilla bajo la dirección técnica del Chita. Foto: www.balonazos.com. |
Este final del Clausura pintaba bien: tres equipos que
demostraron mucha regularidad a lo largo del torneo y llegaban con opciones
matemáticas de hacerse con el título del Torneo Clausura del Fútbol Venezolano.
Mineros, de la mano de Richard Páez, profundizó su exquisito juego de toque de
balón que lo hizo insuperable en el torneo pasado, y tiene como meta coronarse
hoy domingo para evitar la final.
Zamora, guiado por el mejor técnico venezolano de la actualidad, Noel “Chita”
Sanvicente, tiene todo a su favor para titularse ya que, además de jugar de
local ante el Zulia, consiguió victorias arrolladoras sobre rivales
importantes y está en carrera, a pesar de empatar en la capital contra Caracas.
Trujillanos tuvo un gran desempeño en el torneo que pareciera no poder
capitalizar debido a que los resultados no los favorecieron en las últimas
fechas; sin embargo, una combinación milagrosa de resultados pudiera llevar a
su primer título al equipo de Pedro Vera y Leo González.
Éste era el escenario DEPORTIVO de un final de Torneo
Clausura muy parecido al de los años precedentes en nuestro fútbol, en donde ha
subido mucho la competitividad en la cancha a pesar de los bemoles
extra-deportivos. Y lamentablemente me tendré que referir de nuevo a ellos [1], a esas incómodas
situaciones que algunos de los especialistas, en nuestro balompié, calificaron
como el “máximo retroceso” en nuestras aspiraciones mundialistas.
Recapitulemos: En medio de un clima país bien delicado,
la AUFPV con sus agremiados decidió no presentarse a jugar la jornada 7 del
Clausura 2014 por razones de seguridad. La Federación Venezolana de Fútbol,
haciéndole el guiño al gobierno actual, dijo que no había razones para no
presentarse y muchos equipos perdieron juegos importantes por presentar
juveniles en el campo, o aún peor, ni siquiera pudieron disputar sus
encuentros, como le pasó al Deportivo Táchira, que no pudo llegar a El Vigía
para enfrentarse al “cuadro platanero”. Además, Táchira no solamente perdió este
partido por forfait, sino que se vio obligado a jugar muchas jornadas en
Guanare, en medio de inimaginables dificultades logísticas, debido a que la FVF no consideró, en ese momento, sus
reclamos que hacían referencia a las protestas
que paralizaron al estado limítrofe entre febrero y abril de este año. Los “aurinegros”, recordemos, no
pudieron a veces ni siquiera entrenar en el Complejo Polideportivo de Pueblo Nuevo.
Mineros combina una potente plantilla con un bien calibrado juego de toque. Foto: Prensa Mineros de Guayana |
A pesar de esto, el torneo continuó, Caracas se desinfló,
Zamora goleó a placer, Mineros mantuvo su juego y Táchira ganó los últimos seis
partidos, comprometiendo las aspiraciones del Deportivo Anzoátegui y del Caracas de lograr el último cupo a la Copa Libertadores de este año y, en medio de este
panorama, la FVF, en una decisión que podemos calificar de insólita, ordena
echar para atrás su decisión contra Táchira, lo que le da la opción al “aurinegro” de disputar su juego en contra de El Vigía, el cual gana a última
hora y además le concede la revisión de una apelación sobre el juego que
disputó contra Estudiantes de Mérida, debido a una supuesta alineación indebida de los académicos. Todo de un solo golpe, a falta de disputarse una jornada.
Sí, es algo increíble, pareciera que en la Federación Venezolana
de Fútbol trabajan imbéciles que no saben nada de la palabra empeñada y de la
dignidad institucional, pues ¿a quién se le puede ocurrir la semejante
barbaridad de abrir la posibilidad de que un equipo quede campeón en la mesa y
no en la cancha por un reclamo que tiene más de dos meses? Esto parece un
cuento de believe it or not, y sin
embargo es: Táchira puede quedar campeón en la mesa sin importar lo que suceda
hoy.
A Táchira le vale el derecho de apelar, porque su
desempeño deportivo estuvo muy perjudicado por la situación del país, pero la
actuación de la Federación Venezolana de Fútbol fue tan irresponsable que nuestro
amado fútbol nacional vuelve a tomar características de una taguara que
atienden un montón de borrachos sin ningún sentido de la ética, que sólo están interesados
en guardarse, en los bolsillos, la plata que serviría para pagar entrenadores y
construir infraestructuras futbolísticas, que permitirían sacar a cientos de
niños venezolanos de la miseria y de la marginalidad.
Táchira viene en racha ganadora y, además, sale favorecido por el desastre federativo. Foto: Prensa Deportivo Táchira |
Sería genial que, lo ocurrido en este final de torneo, termine de despertar a los clubes y se hagan
todos los esfuerzos pertinentes para crear, por fin, la ansiada Liga Profesional (privada), para ver si de esta manera podemos disfrutar, en un futuro cercano,
de un torneo de fútbol competitivo, moderno y progresista, que haga de los
clubes venezolanos rivales temibles en el ámbito internacional. Talento tenemos, sólo que hay que evitar, en lo posible, desperdiciarlo.
[1] Puede leer también "Los tentáculos del Kraken y el fútbol nacional"
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Por Erwin López
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